5 de febrero, Memoria de Santa Agueda, Virgen y Martir.- Nuestra santa nació en el regazo de una noble familia siciliana. En su juventud, profesando ya la religión cristiana, adornada como estaba de una extraordinaria belleza, fue pedida en matrimonio por el gobernador Quinciano. Al ser éste rechazado, de puro despecho y abusando del poder que tenía, ordenó el arresto y el cercenamiento de sus hermosos senos. El autor anónimo que redactó el Acta del Martirio de Santa Agueda, consigna que San Pedro se los repuso, apareciéndoselé en su celda. También agrega que sus verdugos atribuyeron el milagro a las malas artes de espíritus inmundos que se atrevían así a retar el soberbio poder de Roma. Lo cual significó que nuestra santa fuera arrastrada sobre cristales rotos y carbones encendidos. De tal atroz manera murió en Catania, el año 251, cuando la persecución del emperador Decio estaba en todo su vigor.- Con el tiempo y por varias veces su virginal sepulcro detuvo o desvió la corriente de lava del volcán Etna que amenazaba abrasar la ciudad. No por nada su nombre está inscrito en el Canon de la Santa Misa.
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