Domingo XIX después de Pentecostés.- En Maitines se lee el libro de Esther, la conviviente judía del rey persa Asuero, quien asesorada por su tío Mardoqueo influyó para que el ministro Amán, enemigo declarado de los judíos, fuera ejecutado con sus diez hijos. Influyó también para que por decreto real los judíos asesinaran a los más altos dignatarios del reino, siempre a su manera, no enfrentando
al adversario cara a cara, sino a traición, por la espalda o en aleve emboscada. Desde entonces Purim es un día de fiesta judío.- Para el cristianismo, los tres días de ayuno de Esther son los de Témporas, la oración de Mardoqueo es plegaria cuaresmal y Amán es el Antecristo. Pero también los judíos son los réprobos por no haber recibido al Mesías, por haber sido reemplazados por los paganos en las promesas hechas a Abraham, y por insistir en su infidelidad. Por eso es que serán arrojados del banquete de las bodas eternas a las tinieblas exteriores "donde no habrá sino llanto y crujir de dientes" (San Mateo 22, 1-14).
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