11 de octubre, festividad de la Maternidad de la Bienaventurada Virgen María.- Hoy celebramos el principal dogma mariano, recordando los 1500 años del Santo Concilio de Efeso presidido por San Cirilo de Alejandría, (legado papal de San Celestino), en el cual se definió la divina Maternidad de la Virgen María, proclamándola Teotócos, Deipara, o Madre de Dios.- Al ser María Madre del Hijo de Dios por naturaleza, es también la Madre de los hujos de Dios por adopción o por gracia. En efecto, María es Madre de todos los cristianos en el orden sobrenatural; como que al pie de la Cruz San Juan, representando a la humanidad redimida, recibió de Jesús a la Virgen María por Madre.- Por eso, llenos de júbilo, en la lección del libro de la Sabiduría (24, 23-31) leemos lo siguiente: "Yo, como la vid di frutos de suave olor; y mis flores son frutos de gloria y de honestidad. Yo soy Madre del amor hermoso, y del temor, y de la sabiduría y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, en mí toda esperanza de vida y de virtud".- Y en la Comunión de la Santa Misa de hoy rezamos, igualmente jubilosos, lo que sigue: "Bienaventuradas sean las entrañas de la Virgen María, que llevaron al Hijo del eterno Padre".
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